La bulliciosa metrópolis de Tokio, con una población que supera los 30 millones, enfrenta una amenaza sísmica significativa debido a su ubicación sobre múltiples placas tectónicas. Comprender los terremotos pasados es crucial para mitigar futuros desastres. El terremoto de Ansei Edo de 1855, un temblor de magnitud 7.0, proporciona información valiosa sobre el potencial de devastación. Este sismo, ocurrido durante un período de agitación social cuando Japón abrió sus puertas al mundo después de siglos de aislamiento, resultó en aproximadamente 10,000 muertes y la destrucción de más de 50,000 estructuras.
El terremoto de Ansei Edo no fue un incidente aislado. Siguió a dos grandes terremotos en 1854, los terremotos de Tokai y Nankai, ambos con una magnitud de 8.4. Estos tres eventos resaltan la naturaleza sísmica volátil de la región. La devastación causada por el terremoto de 1855 fue capturada en vívidas impresiones en madera que representan al mítico pez gato gigante, Namazu, considerado responsable de los terremotos.
Recientemente, investigadores de la Universidad de Tokio descubrieron un manuscrito olvidado, la autobiografía del actor de Kabuki Nakamura Nakazo III, que ofrece una perspectiva única sobre el terremoto de 1855. El análisis del manuscrito original de Nakamura, Temae Miso, reveló diferencias cruciales con respecto a ediciones posteriores, proporcionando pistas sobre la profundidad del sismo.
Grabado en madera que representa cortesanas atacando al pez gato mítico Namazu, culpado por los terremotos en Japón.
El relato de Nakamura describe un breve intervalo entre el estruendo inicial (ondas P) y el temblor violento (ondas S). Este corto intervalo S-P, estimado en 5-10 segundos, sugiere una profundidad relativamente superficial de aproximadamente 20 kilómetros, colocando la ruptura dentro de la placa subducida del Mar de Filipinas. Este hallazgo contradice las estimaciones previas que ubican la profundidad a más de 30 kilómetros. La estimación precisa de la profundidad es fundamental para predecir la intensidad del movimiento del suelo y el daño potencial en futuros terremotos. Un sismo menos profundo puede causar un daño superficial significativamente mayor que uno más profundo.
El gobierno japonés estima una probabilidad del 70% de que ocurra otro terremoto similar al de 1855 en Tokio en los próximos 30 años, con un posible número de muertos de 23,000. Comprender las características de los terremotos históricos, como el terremoto de Ansei Edo de 1855, es esencial para desarrollar estrategias de mitigación efectivas. El estudio de la actividad sísmica histórica ayuda a los científicos a comprender los patrones y los posibles eventos futuros, lo que informa la preparación para desastres y el desarrollo de infraestructura.
Esta investigación destaca la importancia de la colaboración interdisciplinaria. Los sismólogos se asociaron con historiadores del Instituto Historiográfico de la Universidad de Tokio para descifrar la escritura cursiva de Nakamura y analizar los registros históricos en busca de información sísmica. Este esfuerzo de colaboración subraya el valor de combinar el conocimiento científico e histórico para mejorar nuestra comprensión de los terremotos pasados y mejorar la preparación para el futuro. Los hallazgos del equipo corroboran investigaciones anteriores que sugieren una profundidad superficial para el terremoto de 1855.
Este enfoque interdisciplinario se extiende más allá del manuscrito de Nakamura. Los investigadores están compilando una base de datos completa de eventos sísmicos históricos, analizando diversos materiales, incluidos informes oficiales, diarios personales y registros visuales como imágenes. Cada tipo de material histórico proporciona información única sobre la actividad sísmica pasada, lo que ayuda a los investigadores a construir una comprensión más completa del riesgo sísmico. Esta perspectiva a largo plazo es invaluable para evaluar los peligros futuros de terremotos en Tokio y otras regiones sísmicamente activas.