Cuando la vida te arroja más de lo que sientes capaz de manejar, el meme “No me siento bien hoy” se vuelve increíblemente identificable. Es un sentimiento que se repite en innumerables espacios en línea, un hombro virtual para llorar cuando se enfrentan desafíos abrumadores. Pero, ¿qué sucede cuando “No me siento bien hoy” se convierte en un estado constante del ser? ¿Dónde encontramos la fuerza para seguir adelante cuando nos enfrentamos a obstáculos aparentemente insuperables?
El dicho popular “Dios no te dará más de lo que puedes manejar” ofrece consuelo, pero no es una cita bíblica directa. Si bien 1 Corintios 10:13 nos asegura que Dios proporciona una salida de la tentación, las cargas de la vida a menudo se extienden más allá de la tentación. A veces, sin lugar a dudas, se nos da más de lo que nos sentimos capaces de manejar.
El mismo apóstol Pablo admitió haber experimentado esto en 2 Corintios 1:8-9: “Estuvimos bajo gran presión, mucho más allá de nuestra capacidad de soportar, tanto que perdimos la esperanza de la vida misma.” Esta poderosa admisión valida la sensación de estar abrumado, confirmando que incluso las figuras bíblicas lucharon con cargas que se sentían demasiado pesadas para soportar.
En lugar de esforzarnos por “manejar” todo por nosotros mismos, estamos llamados a apoyarnos en un poder superior. Se trata de entregar nuestras luchas, reconocer nuestras limitaciones y confiar en la fuerza de Dios para que nos lleve adelante. Aferrarnos a la creencia de que deberíamos ser capaces de manejar todo de forma independiente nos prepara para la decepción y el resentimiento cuando inevitablemente fallamos.
Es fácil caer en una espiral negativa, preguntándose “¿Por qué yo?” y centrándose en lo desconocido. Cambiar nuestra perspectiva para centrarnos en lo que sí sabemos, que Dios es bueno, puede ser transformador. Incluso en los momentos más oscuros, podemos elegir confiar en Su bondad y creer que Él está trabajando para nuestro bien final.
A veces, el “más de lo que podemos manejar” conduce a bendiciones inesperadas. Las experiencias difíciles pueden revelar una fuerza oculta, resiliencia y una comprensión más profunda de la fe. Es en estos momentos de rendición que realmente experimentamos el poder y la gracia de Dios.
La historia que nos contamos sobre nuestras luchas importa. En lugar de sucumbir a la negatividad y la desesperación, podemos optar por centrarnos en la bondad de Dios y confiar en Su plan, incluso cuando no tiene sentido en el momento. Reconocer que “No me siento bien hoy” es válido, pero no tiene por qué definir nuestro viaje.
Mujer reflexiva en una silla rosa tras recibir malas noticias, relacionada con el meme "no me siento bien hoy".
Recordar Isaías 55:8-9, “‘Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos’, declara el SEÑOR…” refuerza la idea de que el plan de Dios a menudo está más allá de nuestra comprensión. Incluso cuando nos enfrentamos a circunstancias abrumadoras, podemos encontrar consuelo al saber que Él está trabajando para nuestro bien, incluso en formas que podemos no entender. Es en estos momentos de entrega y confianza que el meme “No me siento bien hoy” se transforma de un grito de desesperación en un testimonio de fe. Se nos recuerda que incluso cuando no lo sentimos, Dios sí lo siente.