Datos Curiosos del Bisonte: El Gigante de Norteamérica

Los bisontes son los mamíferos más grandes de Norteamérica. Los machos, llamados toros, pueden pesar hasta 900 kg y medir 1.8 metros de altura. Las hembras, llamadas vacas, son un poco más pequeñas, pesan hasta 450 kg y miden entre 1.2 y 1.5 metros de altura. Las crías de bisonte recién nacidas, conocidas cariñosamente como “perros rojos” debido a su color rojizo-anaranjado, pesan entre 13 y 31 kg.

El Departamento del Interior de EE. UU. ha desempeñado un papel crucial en la conservación del bisonte desde finales del siglo XIX. Hoy en día, las tierras públicas administradas por el Interior albergan aproximadamente 10,000 bisontes en 12 estados, lo que representa aproximadamente un tercio de la población de bisontes salvajes en Norteamérica. Estas manadas son vitales para la supervivencia continua de esta especie icónica.

Si bien los términos “bisonte” y “búfalo” se usan indistintamente, el nombre científicamente correcto para la especie norteamericana es bisonte. Curiosamente, el nombre científico completo es aún más específico: Bison bison bison. Esto significa el género, la especie y la subespecie. Se cree que el término “búfalo” se originó de la palabra francesa para carne de res, “boeuf”. Hoy en la historia, quizás esta peculiaridad lingüística cuente como un dato curioso.

El Parque Nacional de Yellowstone tiene una distinción única en la historia del bisonte: es el único lugar en los Estados Unidos donde los bisontes han vivido continuamente desde tiempos prehistóricos. La población de bisontes de Yellowstone, estimada en más de 5,000, representa la mayor población de bisontes en tierras públicas. Estos bisontes son descendientes directos de las antiguas manadas que alguna vez vagaron por Norteamérica.

Las crías de bisonte nacen en la primavera, generalmente entre finales de marzo y mayo. Su pelaje marrón rojizo les da el apodo de “perro rojo”. A medida que maduran, su pelaje se oscurece a marrón y su joroba y cuernos característicos comienzan a desarrollarse. Esta transformación es una parte clave de su ciclo de vida.

Los bisontes tienen un profundo significado cultural para las tribus nativas americanas, proporcionando alimento, ropa, herramientas y conexión espiritual durante siglos. El Consejo Intertribal del Búfalo, establecido en 1992, trabaja para transferir bisontes de los parques nacionales a las tierras tribales, ayudando a restaurar estos animales a su importancia histórica y cultural.

La cola de un bisonte puede ser una señal reveladora de su estado de ánimo. Un bisonte relajado tendrá la cola colgando, balanceándose naturalmente. Sin embargo, si la cola se levanta, es una señal de advertencia de que el bisonte está agitado y potencialmente peligroso. Siempre observe a los bisontes desde una distancia segura.

El Parque Nacional Wind Cave en Dakota del Sur jugó un papel fundamental en la reactivación de las poblaciones de bisontes en todo el país. A principios del siglo XX, los bisontes de un programa de cría en el zoológico de la ciudad de Nueva York fueron donados a Wind Cave, formando la base de una manada que ayudó a repoblar otras áreas. Esto marcó un punto de inflexión en los esfuerzos de conservación del bisonte.

A pesar de su enorme tamaño, los bisontes son sorprendentemente rápidos y ágiles, capaces de correr hasta 56 kilómetros por hora. También pueden hacer giros rápidos, saltar vallas altas e incluso nadar. Este atletismo es esencial para su supervivencia en la naturaleza.

Los bisontes son herbívoros, se alimentan principalmente de pastos, malezas y plantas de hojas hasta 11 horas al día. Su distintiva joroba en el hombro les ayuda a despejar la nieve durante el invierno, lo que les permite acceder a las fuentes de alimento. Hoy en la historia, podríamos encontrar humor en la imagen de estas enormes criaturas masticando pacientemente la vegetación.

El presidente Theodore Roosevelt fue fundamental para salvar al bisonte de la extinción. Después de presenciar la disminución del número de bisontes de primera mano, cofundó la American Bison Society en 1905, dedicándose a su conservación. Esto marcó un cambio significativo de la caza a la preservación.

Revolcarse en el polvo, sirve para varios propósitos. Les ayuda a mudar el pelaje, disuadir a los insectos y, para los machos, dejar su olor durante la temporada de apareamiento. Este comportamiento, aunque quizás no sea gracioso en sí mismo, ofrece una imagen humorística de estas majestuosas criaturas ensuciándose.

Los bisontes tienen mala vista pero poseen agudos sentidos del olfato y el oído. Las vacas y las crías se comunican con gruñidos, mientras que los toros braman ruidosamente durante la temporada de apareamiento. Es un poco irónico que animales tan grandes y poderosos dependan más de sus narices y oídos que de sus ojos. Quizás ese sea otro dato curioso para hoy en la historia.

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