La Reverenda Susan Sparks, una predicadora bautista del sur, pronunció un poderoso sermón titulado “No Hoy Satanás” en un servicio de adoración un lunes por la mañana. El sermón, centrado en el tema de la tentación y la resistencia, resonó profundamente con la congregación. Sparks compartió su lucha personal con la negatividad y cómo encontró consuelo en un simple letrero que decía: “No Hoy Satanás”. Esta frase se convirtió en su mantra y la base de su mensaje, enfatizando la importancia de reconocer y resistir la influencia del diablo en nuestras vidas.
Sparks explicó que la palabra griega para diablo, “diabolos”, se traduce como “calumniador” o “falso acusador”, destacando la naturaleza insidiosa del diablo. Enfatizó que nuestros demonios internos, o “yo sombra” como los llamó el psicólogo Carl Jung, son a menudo el campo de batalla donde Satanás explota nuestras vulnerabilidades. Hizo referencia a 1 Pedro 5:8, que nos advierte que estemos alerta contra las artimañas del diablo, comparando sus tácticas con un león que acecha a su presa.
Sparks relató haber presenciado a un león cazando un ñu en un safari en el Serengeti. El león observó pacientemente la manada, esperando el momento oportuno para atacar al miembro más débil. Esta observación sirvió como una poderosa analogía de cómo Satanás se aprovecha de nuestras inseguridades a través de la vergüenza, el miedo y la duda. Susurra mentiras insidiosas, diciéndonos que no somos lo suficientemente buenos o amables, haciendo eco de las palabras engañosas de la serpiente a Eva en el Jardín del Edén.
Para combatir estas influencias negativas, Sparks presentó un plan de tres puntos, resumido por el acrónimo POW: Girar (Pivot), Ocupar la Luz (Occupy the Light) y Golpear al diablo en la cabeza (Whack the devil upside the head). El primer paso, Girar, implica alejarnos estratégicamente de situaciones o influencias que alimentan nuestros pensamientos y emociones negativos. Así como un boxeador se basa en el juego de pies para controlar la pelea, debemos aprender a alejarnos de la negatividad, ya sea que provenga de titulares de noticias abrumadores o de las redes sociales.
El segundo paso, Ocupar la Luz, nos anima a sumergirnos en la positividad y la verdad. Sparks compartió una anécdota sobre el rescate de plantas descuidadas del sótano mal iluminado de un Kmart. Estas plantas, privadas de la luz esencial, sirvieron como metáfora de cómo podemos marchitarnos bajo la sombra de la negatividad. Así como las plantas prosperan con la luz del sol, nosotros también florecemos cuando abrazamos la positividad y la verdad, convirtiéndonos en las personas que Dios quiso que fuéramos. Recordó a la congregación Filipenses 4:8, instándolos a enfocarse en todo lo que es verdadero, honorable, justo, puro, agradable, encomiable, excelente y digno de alabanza.
El paso final, Golpear al diablo en la cabeza, representa un rechazo decisivo a la influencia de Satanás. Sparks trazó un paralelo entre esta acción y el mandato de Jesús a Satanás de “ponte detrás de mí”. Es una declaración de desafío, una negativa a sucumbir a la tentación. Compartió un poema que enfatiza la fuerza interior y la resiliencia frente a la adversidad: “El diablo me susurró al oído: ‘No eres lo suficientemente fuerte para resistir la tormenta’. Hoy le susurré al oído al diablo: ‘Yo soy la tormenta'”.
Sparks concluyó su sermón recordando a la congregación su deber de ayudar a los necesitados, defender la justicia y ser una fuerza para el bien en el mundo. Los instó a recordar el himno “Voy a vivir para que Dios pueda usarme”, enfatizando la importancia de tomar medidas y vivir una vida con propósito. Su mensaje final, pronunciado con pasión y convicción, resonó en la audiencia: “No Hoy Satanás, No Hoy”. La congregación respondió con un rotundo “Amén”, afirmando su compromiso de resistir la tentación y vivir en la luz.