El nivel de estrés en adolescentes ha ido en aumento, superando al de los adultos desde 2013, según la Asociación Americana de Psicología (APA). Las encuestas revelan constantemente esta tendencia, mostrando un empeoramiento de la salud mental y mayor ansiedad y depresión en adolescentes en comparación con otros grupos de edad. Se observó un aumento significativo en la angustia psicológica grave, la depresión mayor y el suicidio entre adolescentes y adultos jóvenes entre 2005 y 2017. Las encuestas a estudiantes universitarios también indican un aumento en los episodios de ansiedad y depresión.
Si bien la adolescencia es un período de transformación, no se caracteriza inherentemente por enfermedades mentales. Esto plantea la pregunta: ¿por qué está aumentando la angustia adolescente y qué se puede hacer?
A menudo se culpa a las redes sociales por el estrés adolescente. Los adolescentes pasan horas frente a las pantallas, expuestos a personajes en línea idealizados, lo que lleva a comparaciones sociales. Esta exposición constante puede contribuir a sentimientos de insuficiencia y dudas sobre sí mismos.
La investigación revela una correlación entre el auge de los teléfonos inteligentes en 2012 y el aumento de los problemas de salud mental en los adolescentes. Pasar más tiempo en los nuevos medios se relaciona con más problemas de salud mental, mientras que las interacciones en persona se correlacionan con menos problemas.
Sin embargo, la relación entre las redes sociales y la salud mental es compleja. La correlación no implica causalidad. Algunos estudios sugieren que el uso intensivo de las redes sociales podría ser un síntoma de una angustia subyacente en lugar de la causa. La depresión en las niñas de secundaria, por ejemplo, predijo un mayor uso de las redes sociales dos años después en un estudio.
Con el tiempo, los jóvenes y las familias se están volviendo más hábiles en el manejo de las redes sociales. Muchos adolescentes las ven como una fuente de apoyo social. La creciente conciencia de cómo los algoritmos de recompensa de las redes sociales pueden ser adictivos, especialmente para los cerebros en desarrollo, está llevando a controles parentales y pautas para hábitos en línea más saludables.
Los adolescentes, con sus cerebros en desarrollo y una mayor conciencia del mundo, son particularmente vulnerables al estrés. Los cambios neurológicos durante la pubertad desplazan su atención hacia el exterior, lo que lleva a una mayor absorción de los factores estresantes externos. Los programas de estudios de secundaria que se centran en los eventos actuales los exponen aún más a información potencialmente angustiante.
Los adolescentes experimentan estrés relacionado con problemas sociales como la violencia armada, los tiroteos masivos, el cambio climático y la polarización política. También se enfrentan a presiones relacionadas con lo académico, el trabajo, el dinero y la dinámica social. Esta mayor exposición, junto con mecanismos de afrontamiento limitados, puede crear una tormenta perfecta para el estrés.
Investigaciones recientes sugieren que la pubertad ofrece una segunda oportunidad para recalibrar el sistema de estrés. Un entorno de apoyo puede mejorar las habilidades de afrontamiento, mientras que uno duro y estresante puede aumentar la vulnerabilidad a problemas de salud mental y física.
El aumento del estrés adolescente debería preocupar a los legisladores no solo por el bienestar de los adolescentes, sino también por el futuro de la sociedad. Sirve como una posible señal de advertencia de problemas sociales. Abordar estos problemas es crucial para fomentar una próxima generación sana y productiva. Las estrategias individuales de afrontamiento pueden ayudar a manejar el estrés mientras tanto, pero se necesitan cambios sociales más amplios para soluciones a largo plazo.