Jesús dijo: “Los haré pescadores de hombres” (Mateo 4:19). Este versículo de Mateo forma la base de la reflexión de hoy en Pan Diario, explorando el concepto de compartir la fe y extender el amor de Dios a los demás.
Patty, recién llegada a su comunidad, encontró una forma única de conectar con sus vecinos. Usó una caña de pescar para ofrecer galletas a las personas que flotaban río abajo en un caluroso día de verano. Si bien su enfoque fue literal, resalta la idea de acercarse y construir relaciones.
El llamado de Jesús a sus discípulos, Pedro, Andrés, Santiago y Juan, fue un llamado a un tipo diferente de pesca: la pesca de almas. Los invitó a dejar sus ocupaciones terrenales y embarcarse en un viaje de significado espiritual, enfocándose en asuntos eternos en lugar de búsquedas mundanas. Inmediatamente respondieron a Su llamado, dejando atrás sus redes y botes.
La invitación de Cristo se extiende a nosotros hoy. Nos llama a seguirlo y priorizar el bienestar espiritual de quienes nos rodean. Así como los discípulos dejaron sus redes, nosotros estamos llamados a dejar atrás nuestras propias preocupaciones y enfocarnos en compartir la esperanza de la vida eterna que Jesús ofrece. Esta esperanza perdurable, como se describe en Juan 4:13-14, ofrece una verdadera satisfacción que supera cualquier placer terrenal.
Esta reflexión de Pan Diario nos anima a reflexionar sobre quién nos presentó a Jesús por primera vez y cómo podemos extender Su esperanza a los demás. Es un llamado a la acción, instándonos a convertirnos en “pescadores de hombres”, compartiendo el poder transformador de la fe con el mundo. La reflexión concluye con una oración pidiendo guía para convertirnos en testigos más efectivos de Cristo.
Así como Patty ofreció un dulce regalo a sus vecinos, nosotros estamos llamados a ofrecer la dulzura perdurable del amor de Cristo y la esperanza de la salvación. Esta reflexión diaria nos recuerda que compartir nuestra fe no es solo una sugerencia, sino un componente central del discipulado cristiano. Se trata de construir relaciones y extender la invitación a experimentar el poder transformador de conocer a Jesús.