El 23 de agosto de 2011, un terremoto de magnitud 5.8, con epicentro en Virginia, sacudió Filadelfia. Si bien hoy no ha habido terremotos significativos en Filadelfia, el evento de 2011 sirve como recordatorio de la vulnerabilidad sísmica de la ciudad.
El terremoto, que se sintió hasta Florida y Ontario, causó daños menores en Filadelfia, principalmente limitados a nervios alterados y té derramado. Una ventana en el edificio de Independence Blue Cross se rompió y una casa desocupada se derrumbó parcialmente en Camden, Nueva Jersey, al otro lado del río Delaware. A pesar de los temblores generalizados, no se reportaron muertes y solo hubo heridos leves.
El epicentro del terremoto se ubicó en el condado de Louisa, Virginia. Las ondas sísmicas se extendieron, causando temblores notables en Filadelfia y provocando evacuaciones de edificios altos como el Comcast Center.
Comcast Center en Filadelfia en un día despejado.
Trabajando en el piso 17 del Comcast Center en ese momento, los relatos de primera mano describieron el temblor inicial como sutil, pero rápidamente reconocible como un terremoto debido a los informes que surgían de Washington, D.C., en las redes sociales. El movimiento oscilante del agua en una piscina de la azotea frente al Comcast Center proporcionó una confirmación visual del impacto del temblor.
Después del temblor inicial, un anuncio por el sistema de altavoces del edificio aconsejó a los empleados que mantuvieran la calma, indicando que no había daños estructurales. Sin embargo, un anuncio posterior, pronunciado con un tono más de pánico, contradijo el mensaje anterior y creó una sensación de inquietud entre los ocupantes del edificio.
La información contradictoria provocó confusión y miedo, lo que llevó a muchos empleados a evacuar el edificio a pesar de las garantías iniciales de seguridad. Finalmente, una voz más tranquila anunció el cierre de las oficinas de Comcast por el día, lo que provocó un éxodo masivo del edificio.
Si bien el terremoto causó daños físicos mínimos en Filadelfia, dejó una impresión duradera en quienes lo experimentaron. El evento destacó la susceptibilidad de la ciudad a los terremotos y sirvió como un recordatorio de la importancia de la preparación. Aunque el Monumento a Washington sufrió daños que requirieron su cierre durante varios años, el terremoto de Filadelfia de 2011 se recuerda en gran medida como un evento sorprendente, pero en última instancia, inofensivo.